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Mostrando entradas de 2015

La enfermedad

Tengo guardada en el alma la deuda más grande que pueda generarse en la vida. No se trata sólo de mi sueño, sino del sueño infinito de mis viejos. Llevo cuatro días en cama, sola y papá viene todas las  noches y me observa en llantos, mamá pasa por las mañanas y me aplica los medicamentos. Ambos le temen como yo a la noche, porque cuando llega trae consigo a la soledad y ellos me abrazan, me secan las crudas lágrimas, me quieren distraer de la trampa del dolor pero es lógico que el día que elegí mi destino nunca nadie permanecería a mi lado en las noches. Hace una semana papá cantaba para mí en una serenata, recordaba que sus metas no eran sólo sus sueños, sino que eran mis ojos llenos de vida, pero no lo logró, nunca fue así. Yo y mis pésimas elecciones lo llevaron al fracaso, a verme sola, destrozada y olvidada, como si a mis ventitantos yo fuese como la mercancía recién salida de la fábrica, pero puesta en la góndola de ofertas por defectos.  Papá y mamá se convirtiero...

Carta a una constante despedida

Cuando tuve que resignarme a perder la partida en un proyecto de vida que creía mío, me di cuenta que no solo con él, se iban los recuerdos, las ansiedades y los propósitos, había algo más que debía acostumbrarme a dejar ir, cuándo ese momento llegaba cada 15 días exactamente, el espíritu se me desangraba, el llanto brotaba a gritos por mis ojos que alguna vez, una primera vez prometieron aferrarse a tu luz. Cada viernes las manos rasgaban la tierra, era mi cuerpo desprendiéndose de su parte más vital y es que siempre a las malas y por culpa de mi presión descontinuada nos obligaron a romper el cordón que no unía. Cuando naciste no era hora, pero ese episodio de dolor que desgarró nuestra unión me hizo notar que eras la parte de mi ingenua vida que más iba a necesitar, solo así permanecer en paz conmigo, con la razón y con las inconformidades de tu padre, sería más llevadero que incontrolable. Él me castigó con sus odios, me tocaba solo para repudiarme y en seguida la deud...

Querido:

H ay un lugar en mi planeta, en mis días, ese lugar alberga tu voz y con ella sueño. Los árboles tienen tu forma y las mariposas arrastran de las flores el olor de tu cabeza y sus descabellados pensamientos. En mi hogar gobiernan tus días soñados, cada objeto es un pretexto para acostumbrar la ilusión de conservar tu recuerdo como las flores, que eternizadas, alimentan mis paredes. El agua de aquí, además de nutrirme las lágrimas, resbala en la piel que por horas solloza epis odios de espumas bajo la regadera. Las sillas evocan el tacto y a manera de estalactitas clavan los poros como si tus manos aun insistieran en aferrarse a los latidos que ya no pretendes. Aquí en esta cama una almohada reemplaza tu calor, no es lo mismo, sigo sintiendo frío en el verano, eco en mis preguntas y orfandad en el pecho, el vientre me llora tus fantasmas y los ojos te cuentan cada mañana que ya ni duermo, que derraman tu vacío inquebrantable como si el mar habitara dentro de ellos y mi planeta cada vez...

Razones Al Olvido

Hubo un día grandioso, especial. Ese día iba a ser inolvidable, sin embargo las cosas se hicieron intracendentes el día que morí, el día que la otra parte tuvo el valor o tal vez el miedo de negar que juntos estuvimos de frente a un altar donde el amor se evoca en el sacrificio. "No fue nada, nunca pasó" Supe que mentiste para agradar. Me negaste aún cuando yo mantengo tu memoria en casa, aún cuando sigo escribiéndole a tu alma perdida en el infierno del mundo, de la obviedad. Rompiste el pacto aún en lo más profundo del alma, donde se supone que quedaría guardado nuestro encuentro, nuestro amor. Todavía me quedan algunos cigarrillos para dibujar tu ausencia entre el humo. todavía me quedan noches de sábado, ahogadas en licor y lágrimas. Todavía después de descartarte, me queda la nausea de nuestros días juntos. Sabes, algunas mañanas me detengo ante la cama, me veo sujetada al espejismo que me dejas cada domingo, las mismas lágrimas de cada día en que me sujetaba...

Punto Final

Siento que el cuerpo me sigue narrando historias del pasado, todas las noches mi mente no hace más que pasearse por momentos que no han sido pero que siento míos. Todos los días te veo, me ahogo y hoy muere una gran parte de mi. Me despido sin más que las perfectas palabras. Me deshago aquí, con la voz del dolor, la necesidad de ir a abrazarte y decirte que este último paso sigue siendo un grito eterno que me rompe los tímpanos. Te dejo ahí junto a las hojas del final, junto a la despedida de los puntos suspensivos que acaban en uno solo y sin continuación. Fuiste la ira de esta lucha, siete horribles meses de horas inagotables, de angustias, de deseos frustrados, de intentos fallidos.  La promesa fue hasta la muerte, la promesa finalmente no fue entre los dos, resulto ser solo entre yo y mi terrible necesidad de darte cada día la inmensidad de mi lealtad. Te proclamé como mi fuerza y mi ilusión y eso serás por el resto de mis días, aquí, guardado en mi silencio, mi acal...

Permítame decirle varias cosas:

1. No tiene que simular algo que no siente, grítelo y vívalo. 2. Mis tiempos con usted son los más perfectos. 3. Yo si tengo derecho a fingir y suponer que soy una mujer de hierro. 4. La odio a ella la muy puta que no sabe más que cruzarse en mis panoramas emocionales para matarme de frente a usted. 5. Le creo aquello de la carta, aunque me sorprenda, ser motivo de su escasa inspiración. 6. Me iré de su vida, pese a que existe un brillo en su mirada que me perturba. 7. Mis sueños son meras pesadillas de triángulos y desastres entre los dos. 8. Ya no me gusta estar para pensar en esto. 9. Lo pienso. 10.  Aun lo amo. 11. Me lo niego y lo reprimo.

Septiembre

Empezaba un momento de recetas, secretos, simulacros y destinos encontrados a la fuerza y muy tarde. Habían pasado seis crudos meses en los que yo andaba en el ir y venir del sexo con un desconocido, la rabia la de soledad, el miedo a la oscuridad y el llanto por sentirme derrotada. Sin embargo en ese tiempo seguí acunando sus vacíos en mi vientre, le dejé llegar a mi una y otra vez aunque sentía que se me desgarraban las entrañas y que un feto gritaba irrisorio como quien sufre por estar allí en ese cuarto húmedo y oscuro lleno de trampas, mentiras y placeres fingidos. Los días, además de envejecer las ganas, nos alejaban. Cuando volvimos a vernos nos hacia el espacio una jardinera de un sitio rudo, frío y estúpidamente político, nos odiábamos, no soportábamos seguir apalancados en la rutina de poderes, aunque su mirada sin necesidad de dilatarse ante mi, me rogaba, me pedía a gritos que no le dejara ir. La vida me había puesto en la magia de la receta que es encantadoramente...

Alexander (más cartas)

Cada vez que voy a empezar una carta como esta, recuerdo la promesa que me hice; pero es tan difícil cumplir con guardar la distancia entre los dos, más cuando sé que la vida ha querido unirnos, pero el hombre lucha por separarnos. Quiero decirte mil veces ven, invocar tu nombre sin rabia, tenerte en casa guardando los tesoros que nos prometimos. Tengo la sangre oscura y la piel helada, siento que me ahoga la rabia de mis días de impotencia. Creo que hacerte cartas que jamás vas a leer, es la única forma que tengo de alimentar el alma, y es que me parece extraño no verte para decirte de frente que aun, en mi, se mantiene intacto el último beso, por fortuna el tiempo, siempre tardío, juega con nuestro fantasma en la cama, llevo la cruz de aquellos que suben a nuestras cabezas para ver del otro lado del muro. Amigo, no puedo darte minutos de gloria, pero sí días de vicios no tan empalagosos. Hagamos el ultimo pacto, ya sin argollas y fiestas, dejémonos ir por la ruta de la intim...

En plena luz

Era impecable, tanto que yo no contrastaba con su figura, pero así con tanto error en cada prueba, estuvimos unidos por un tiempo difícil de medir. Era de los homofóbicos casi violentos, de los que cada viernes debía oler a lo que huelen los niños "perfectos", con él empece a desafiar mi rebeldía cotidiana, la que  mi madre extrañaba cuando me escapa de la misa, llegaron los peinados, la ropa un poco más ajustada y los relojes. Ya no era yo y él no era nadie. No había forma de hablar porque lo único bueno era tocar lo que el tiempo se come con la amargura. Eramos jóvenes, yo valía los mismos 4 pesos de siempre y él seguía siendo el empaque perfecto de las sodas y los jarrones. El tiempo nos hizo alegar, gritamos cuando el mundo solo era de los dos, anduvimos desnudos por toda la casa y fuimos padres, hicimos del cuerpo un sueño, pero su burla diaria hacía el destino lo hizo fracasar conmigo, lo odié, pensé en asesinarlo, lo miraba mientras dormía llena de penas, de luces...

Mátame

Creo que tengo los documentos en la mano, y antes de firmarlos, juego con los lazos, con las puntas del camino. Tengo puesta el alma como un zapato en el pie que no es. He visto volar los sortilegios por la casa, las bibliotecas se robaron los libros y las polillas me comieron la piel. Ya estoy vieja, ya no canto, ya no recuerdo el peso de la memoria. Todo me sigue pareciendo una fábula, están allí como papeles que se adhieren a la pared, me hablan, me buscan en las noches de oscura sombra, yo apenas desfibrilo las piernas, las dejo caerse a cada lado como un par de canicas que seducen la gravedad.  Los besos saben a remedios para el karma, me río de mi y de mi densidad en el espacio. No fuiste mio nunca, ni por un instante de esos en los que fácilmente se manipula el mundo. Los canales del viento son el agua, la luz, la muerte. Los espejos brillan entre las copas, cuentan historias de niños y brujas, de doncellas e infortunios, de filosofías y caballeros. Cuando escribo, la l...

Cartas

Hola: No dejo de alegrarme por tus logros, de preocuparme por tus caídas, de pensarte noche y día, de darle gracias a la vida por lo que tuvimos y por lo que logramos, fuiste un sueño y elegir siempre fue mi regalo. Algunas veces es más fácil rescatar algo antes de ser quebrantado y la magia de todo esto resultó haber sido precisos con nuestras preferencias. Un pacto de cuida, se libera, se contempla, se extraña, se ama, se llora, se guarda, se alimenta. Un pacto somos los dos. Llevo conmigo la pesadez del hombre, la necesidad del sexo y la mentira del amor. Llevo horas y horas creyendo en palabras livianas. La vida misma tiene dos lenguas, una vive quieta y segura, la otra canta, se rompe, recuerda. Por días dejo de quererte, me hago la sorprendida con tus ausencias y siento los golpes que nunca nos dimos. Por días me abrazo a la hoguera de tus nuevos espíritus, me duele, me arde el alma.  Sigo escondiéndome para llorar, sigo presumiendo de una sonrisa postiza, sigo e...

Por cualquier orilla

Hay un viaje que quisiera emprender, es justo ese que me transporta en tu escritura, en la extensión de tu pensamiento, en la magia irónica de tu mano dibujando una historia. Hay algo por lo que me mantengo ahí, se trata de lo extraño en tu imaginación, la locura con la que hago vibrar tu nombre en mi garganta que se hace extensa cuando habitas en ella. Yo no salgo de mi necesidad por irme lejos, hablar de ti con todos, oír la extrañeza de tu vida naciendo de nuestras constantes ausencias y fijarme en el corredor de las nubes para sentir en la distancia como es dormir entre tu piel. Aunque en el pasado mi lucha era otra, muy parecida a la de aquellas que se fijaron en las cadenas para quemarlas con la rabia de su mirada, yo sentía que debía liberarme, aquel momento era extraño, era otro ritmo que hacia doler las llagas de un amor simple, básico. Tuve un hijo con él y sin pretender algo, estuve a su lado por cinco innecesarios años. Su nombre era oscuro y su...

Tres 14: De algunas canciones.

Fue hace varios días,  tal vez meses,  pero el destino quiere que diga que fue cosa del pasado. Supongo que tu,  también dirás lo mismo yo solo puedo decir que tal cantidad es un 314. Esa noche subimos y con la aurora yo huí porque del 314 a la calle la distancia parecía enorme. Me miraste con tu voz, cuando el silencio crecía y en la 314 me acariciabas los labios como quien evitarlos no podía. Solo un 1 separa las 3 de las 4 yo sabía que debía volar para no llegar tan tarde como siempre. Como un acorde eterno decías oh Cariño Quédate conmigo, and darling stand by me.

Te quiero antes de irme

Si tengo que despedirte lo haré no con la sensación de nunca más volverte a ver. De hecho creo aun en un lugar en que alejados de los  demonios que nos rodean, podamos ser solo tu y yo, sí lo sé, es demasiado utópico. Hay algo transparente, algo intacto desde hace mucho tiempo, se llama arrepentimiento y poder. Arrepentimiento, porque no dije nunca la verdad y poder, porque sé que en cuanto lo sepas la ambición de quererte conmigo va a crecer. Me permito así, declararme culpable. Soy quien custodia la ira de un amor desenfrenado, erótico y sensible. Lo confieso, paso minutos eternos bajo el agua, pensando en qué sería y cómo sería. Sí, estoy algo loca, hablo de mi, conmigo y de mi, sin ti, frente al espejo, duro horas suponiendo una conversación distinta contigo. Te sueño, te pienso y dejo a un lado mi piel, me arranco el alma para dejártela las veces que estás cerca. Hay una deuda entre nosotros y es tan grande que no logro medirla con palabras. Disfruto aferrarme a los m...
Nunca fuimos los dos, jamás lo quiso y yo no hice mucho como para darme el lujo que por años había soñado. Estábamos viéndonos pasar como se van los recuerdos en la fotos viejas. Habrá   quien le impulse las metas, pero yo estaba dispuesta a cumplirle los sueños y  a regalarle toda una vida.

Fue Breve

Lo dejé de querer por su mezquindad, porque pensaba solo en él y porque lo único que creía cierto era lo que le decía el resto del mundo. Claro, no era que yo fuera del todo sincera, sin embargo quería tenerlo atado a mis fantasías y que se las creyera todas. Tuve que regalarle el mundo antes de irme para que de ese modo jamás se sintiera solo. Él era la antítesis de mi vida. Había pensado en alejar aquello que tuviera relación con los dos, era un imposible. Dejé entonces que se marchara con su aspera forma de dar amor. Me quedé quieta esperando así la respuesta que siempre se me escapa. Me quedé pensando mientras veía que de un costado todo estaba dañado y podrido y del otro no había más que gritos acallados por ausencias.

Juegos

Soy de las que no sabe jugar cualquier juego, me quedó siempre tendida en la incertidumbre de salir a correr o dejarme atrapar. Cada que salgo a pasos grandes me encuentro con él, lo beso, me prometo la vida a su lado y la velocidad con la que llego a su espíritu me hace tropezar con la coherencia de su destino, y es que me destroza el ruido de un grito plagado de placer en una habitación donde todo lo que creímos ser se mantiene oculto allí y todos me ven pasar y sospechan de todo menos de la magia de mis manos; él me somete a su ir y venir y yo no hago más que correr de izquierda a derecha, como un insecto que huye de las pisadas. Ahora, si en vez de huir me dejo atrapar, pues me aprisiono a su ser, lo recorro como una ameba por todo su cuerpo, le llego a la cabeza como la peor de las bacterias y le mato cualquier pensamiento que no lleve la luz de mi sonrisa. Me hago sangre y en su palpitar grito, atragantada por los desordenes de su locura sobre la mía, y lo encierro, lo ocult...

Alexander

Hoy me quede mirándote, mientras te alejaba un paso y otro de mi. Olvidé por completo la furia con la que se alimentaron mis ganas. Le preste atención a tus manos que en medio del frío de la mañana se movían rápido como en aquellas épocas en que no las dejabas juguetear en mi cabello. Me vi de frente al papel con las manos rotas y sin querer firmar, Era la despedida del hasta nunca. ¿Sabes algo? hoy creo que la de ayer no era yo y la de hoy menos, mi verdadero yo se fue contigo, se quebró en la huida de un te quiero y ya no más. Absurdas negociaciones, en las que yo debo ceder a lo que un tercero define como equitativo y no en mis manos vacías donde queda el palpitar de tu amor y el mio en un solo espacio, en un solo destino. El aire de este temporal, tiene el sabor de un beso tuyo que se me escapó en el recuerdo de decirte con mi voz simple, te amo y te amaré. Habrá que ver cuánto me recuerdas, cuántos latidos de los tuyos me corresponden y cuántas veces tu piel me s...

Citados

Mientras hablaba de él, de sus cosas, su vida al lado de otra vida y de uno que otro ideal complejo y pesado, yo no dejaba de sentir como la imaginación arrebatada de mis días de soledad me llevaba hasta su sexo. Recordé su forma de besar que nunca fue mia. Soporté el peso de su cuerpo que todavía no empezaba a temblar y me sujete la falda como una damita que se acomoda a su placer. El sexo me palpitaba, me latía como si entrara y saliera de mi cada segundo. Sentí el orgasmo más prematuro y es que no había empezado la noche y ya había vivido todo un destino con él. En verdad no lo conocía, pero su aroma me daba la pauta de, qué tan profunda debía hacerme. Yo habitaba en él y sus hijos eran mios, su mujer era mía. Cada célula me pertenecía y con cada baño de mi, la champagna que bebía le endulzaba el gusto y la saliva con la que en un instante me revestiría. Él me hablaba de todo, pero yo apenas quería su lengua en la mía y su lenguaje en mi único axioma. Era especial su sabor y era s...