Soy feliz, soy el hada que baila entre las canciones de las hojas que empuja el viento en forma de aviones. Mírame cerrar los ojos, yéndome entre las ramitas que se juntan en las cordilleras de cualquier país. No puedo bailar ahora, porque prefiero esperarte quieta con las piernas como raíces atadas a la tierra. Aferrarse es fácil cuando lo único que hay por leer son las cosas que solo yo sé y que por más que intente nunca olvidaré. En mi piel hay lugar para la arruga y la vejez, pero como si estuviera hecha de nuez, puedo darle sin tiempo a las abejas mucha miel. No te asustes cuando hable el idioma de un duende fiel, aprendí a mimar las flores tristes con caricias de pincel. Ahora que soy la guardiana de los sueños donde los pistilos enferman de tos con tanto amor, voy a disfrazar la lluvia, de regadera de sol, serán rayitos ...