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Verde Melancolía



Me faltan tus manos abuelo. El olor húmedo de la alfombra que adorna tu hogar. Me falta el silencio perfecto de las olas que pinta tu cielo y el bosque arriba donde duermen los escorpiones y juegan las hadas ¿Habrá algo en la tierra que se asemeje al sentir de tu rostro clavado en el horizonte mientras detienes el tiempo en el vaivén de las mecedoras?

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A mi me falta el gozo de verte a lo lejos, limpiando las mazorcas y fermentando la miel del agasajo ¿Sería posible que el queso que se gesta entre los moldes nativos de tu piel pueda dignificar a las almas que lo llevan consigo en el recuerdo? A esta hora duermes, como duermen las aves, como duerme el ganado, como duerme el sonoro galopar de un caballo que ha empujado la tierra durante todo el día.

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Mírate de paño y sombrero, con tus años que te otorgaron el privilegio de andar las colinas sin huir del tiempo, estás cobijado por el manto de las estrellas que solo existen sobre tus sienes y en lo alto de las copas de los árboles, duerme liviano el sueño de mi abuela, inmortalizada en tus lágrimas que no dejan de caer.

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Estamos sentados los dos frente a la ventana invisible, riendo de la torpeza de las aves que chocan con su reflejo, una mulata canta en la radio y las flores recién cortadas aún huelen a viento y a sol. La pausa nos convoca y nos crea el deseo de quedarnos eternamente abrazados, es que, en tu ruana abuelo, hay un patio de pensamientos que devuelven el aliento y la curiosidad.

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Abuelo, la sangre tira. La sangre late si se deposita en tu abrazo, se compacta humilde en tu regazo y vive, vive como la niña que se oculta entre las zanjas, que le cuenta un cuento a las gallinas, que juega ingenua a lanzar piedras, que se emborracha con guarapo y rueda enamorada montaña abajo.

***

¿Cuántas palabras aquietadas de tu mente fueron arrojadas al brillo de la laguna en plena tarde? Tal vez 22 o ninguna, tal vez huyeron distraídas por las luces de una carretera que lleva a San Miguel o a las vías de un recuerdo de unos ojos verdes. Hoy mi recuerdo emerge de las aguas, te invoca, te comprende la soledad, te protege en el alma, te quiere abrazar.

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