Alumbra intranquila la luna,
con sus mareas de Venus reclamando al zodiaco
y una pequeña camiseta oscura
se queda guardada sin conocer del astro los rayos.
Libre la órbita que te dibuja
cada rincón como tu necio encanto
como el niño que el vientre de su madre empuja
convirtiendo la vida en inagotable llanto.
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