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Venga

Venga que puedo tocarlo
Y no gritar todas las palabras,
Puedo ahogarlas porque son infinitas
Son las palabras que nacen al sexo
Son las caricias hablando.

Venga que con disimulo le excito
Le arrinconó a mis laberintos
Y le aplasto las horas en vela
Venga que estoy absorta ante el silencio
Y me cubro con su manto de melodías de tul.

Venga que ya son las 11 menos 20
Y mis lagunas empiezan a taparse con niebla
Y las hierbas se abrazan con la lavanda de otros planos
Y yo le quiero justo, preciso, indicado, perfecto, alocado.

Venga.

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