Imagen y textos inspirados de: http://brujulacuidador.com
Sí, estoy buscando ese rincón donde acuclillada pueda darme
cuenta de lo grande que es la vida, cuando se empieza a disfrutar de un
verdadero amor. Hace dos años llegó a mi vida ese tesoro que aunque tangible,
puede producir en mí una emoción indescriptible, como cuando ves a un niño
alentado por una golosina o un juguete y su sonrisa es la misma mirada de Dios
reflejada en la naturalidad del aire.
Y sabiendo que, con ese verdadero amor aun atado a mí, en mi
vientre después de salir, sé que llegó la hora de un amante que le enseñe a ese
pequeño sol lo grande que puede ser su vía láctea. Creo que mi propia voz daría
la respuesta a su destino y aunque ahogada en la soledad de mi lecho que alguna
vez compartí, sé que se anida la oportunidad de ver con otros ojos lo que
realmente puedo llegar a ser.
Sí, tal vez, más tarde vuelva a llorar, pero ya agarré mis
sentimientos a la nobleza del viento y seré como él, predecible cuando quiere
humedecer la tierra, pero inmanejable como cuando destroza las hojas secas de
un árbol. Así seré yo, como siempre lo he sido. Ahora me extraña verte ahí, en
medio de la vergüenza al pedir perdón y de la incapacidad de ser tu mismo, como
cuando entre libros y pastos hacíamos el amor.
Cómo arrancar de mi ese deseo que depositaste en mis días recién
florecidos. Esas fugas que casi enterrados en una pared dejábamos ser. Ese calor
sofocante y casi mortal de nuestras pieles escondidas en unas sábanas. Ese miedo
fortuito de estar donde no es correcto y ese revolver constante de las cosas
sobre nuestros anhelos.
Ah! Qué bueno es volver allí, a lo caudaloso de una
escondida quebrada, alojada en lo más suave de la sabana. Estar fuera de
nosotros y ver unas lánguidas piernas sometidas al rigor de tu carácter,
mientras la espontaneidad de la naturaleza solo dejaba ser y empezaba a nacer. Falta
poco para recoger esos pasos y cuando vuelva allí daré a la luz de las luciérnagas
la razón, de haberte ligado a las nubes de esa época y haberte perdido allí tan
lejos, pero tan visible.
Bueno hoy volveré a ti aunque estés tan lejos como tu voz. Aunque
haga frió dejare que mis manos se arropen en la flor y te recuerden como lo que
fuiste, un amante de mi vida.
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