De los modernísimos y de las causas igualitarias sólo me he ganado los insultos a mi alma noble y supersticiosa. Ahora resulta que debo pelear con mi nula paciencia por la idea de amar. Ya no puedo ser y sentir, ahora me toca suponer e intentar. Ser madre una y mil veces es peor que matar, es un nuevo delito y es la vara con la que miden la inteligencia de las personas, como si la inteligencia fuera igual para todo el mundo, ¡ah, pero claro que lo es! mi pensamiento igualitarista, debe igualarse a las igualdades de aquellos que luchan por ser iguales, ¿acaso nadie les dijo que la igualdad es un discurso barato y diseñado para convencer y persuadir las almas sin vocación inicial? Hablemos del amor que es quizá lo más común que tengo con los humanistas. Llevo 20 minutos recostada en mi sofá, acabo de tener sexo con el hombre que probablemente es mi amado. Viene tarde de la noche, cuando nadie está en el balcón siguiendo sus pasos, me seduce, nos tocamos, me hace el mejor sexo o...