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Punto Final

Siento que el cuerpo me sigue narrando historias del pasado, todas las noches mi mente no hace más que pasearse por momentos que no han sido pero que siento míos. Todos los días te veo, me ahogo y hoy muere una gran parte de mi. Me despido sin más que las perfectas palabras. Me deshago aquí, con la voz del dolor, la necesidad de ir a abrazarte y decirte que este último paso sigue siendo un grito eterno que me rompe los tímpanos. Te dejo ahí junto a las hojas del final, junto a la despedida de los puntos suspensivos que acaban en uno solo y sin continuación. Fuiste la ira de esta lucha, siete horribles meses de horas inagotables, de angustias, de deseos frustrados, de intentos fallidos.  La promesa fue hasta la muerte, la promesa finalmente no fue entre los dos, resulto ser solo entre yo y mi terrible necesidad de darte cada día la inmensidad de mi lealtad. Te proclamé como mi fuerza y mi ilusión y eso serás por el resto de mis días, aquí, guardado en mi silencio, mi acal...

Permítame decirle varias cosas:

1. No tiene que simular algo que no siente, grítelo y vívalo. 2. Mis tiempos con usted son los más perfectos. 3. Yo si tengo derecho a fingir y suponer que soy una mujer de hierro. 4. La odio a ella la muy puta que no sabe más que cruzarse en mis panoramas emocionales para matarme de frente a usted. 5. Le creo aquello de la carta, aunque me sorprenda, ser motivo de su escasa inspiración. 6. Me iré de su vida, pese a que existe un brillo en su mirada que me perturba. 7. Mis sueños son meras pesadillas de triángulos y desastres entre los dos. 8. Ya no me gusta estar para pensar en esto. 9. Lo pienso. 10.  Aun lo amo. 11. Me lo niego y lo reprimo.

Septiembre

Empezaba un momento de recetas, secretos, simulacros y destinos encontrados a la fuerza y muy tarde. Habían pasado seis crudos meses en los que yo andaba en el ir y venir del sexo con un desconocido, la rabia la de soledad, el miedo a la oscuridad y el llanto por sentirme derrotada. Sin embargo en ese tiempo seguí acunando sus vacíos en mi vientre, le dejé llegar a mi una y otra vez aunque sentía que se me desgarraban las entrañas y que un feto gritaba irrisorio como quien sufre por estar allí en ese cuarto húmedo y oscuro lleno de trampas, mentiras y placeres fingidos. Los días, además de envejecer las ganas, nos alejaban. Cuando volvimos a vernos nos hacia el espacio una jardinera de un sitio rudo, frío y estúpidamente político, nos odiábamos, no soportábamos seguir apalancados en la rutina de poderes, aunque su mirada sin necesidad de dilatarse ante mi, me rogaba, me pedía a gritos que no le dejara ir. La vida me había puesto en la magia de la receta que es encantadoramente...

Alexander (más cartas)

Cada vez que voy a empezar una carta como esta, recuerdo la promesa que me hice; pero es tan difícil cumplir con guardar la distancia entre los dos, más cuando sé que la vida ha querido unirnos, pero el hombre lucha por separarnos. Quiero decirte mil veces ven, invocar tu nombre sin rabia, tenerte en casa guardando los tesoros que nos prometimos. Tengo la sangre oscura y la piel helada, siento que me ahoga la rabia de mis días de impotencia. Creo que hacerte cartas que jamás vas a leer, es la única forma que tengo de alimentar el alma, y es que me parece extraño no verte para decirte de frente que aun, en mi, se mantiene intacto el último beso, por fortuna el tiempo, siempre tardío, juega con nuestro fantasma en la cama, llevo la cruz de aquellos que suben a nuestras cabezas para ver del otro lado del muro. Amigo, no puedo darte minutos de gloria, pero sí días de vicios no tan empalagosos. Hagamos el ultimo pacto, ya sin argollas y fiestas, dejémonos ir por la ruta de la intim...

En plena luz

Era impecable, tanto que yo no contrastaba con su figura, pero así con tanto error en cada prueba, estuvimos unidos por un tiempo difícil de medir. Era de los homofóbicos casi violentos, de los que cada viernes debía oler a lo que huelen los niños "perfectos", con él empece a desafiar mi rebeldía cotidiana, la que  mi madre extrañaba cuando me escapa de la misa, llegaron los peinados, la ropa un poco más ajustada y los relojes. Ya no era yo y él no era nadie. No había forma de hablar porque lo único bueno era tocar lo que el tiempo se come con la amargura. Eramos jóvenes, yo valía los mismos 4 pesos de siempre y él seguía siendo el empaque perfecto de las sodas y los jarrones. El tiempo nos hizo alegar, gritamos cuando el mundo solo era de los dos, anduvimos desnudos por toda la casa y fuimos padres, hicimos del cuerpo un sueño, pero su burla diaria hacía el destino lo hizo fracasar conmigo, lo odié, pensé en asesinarlo, lo miraba mientras dormía llena de penas, de luces...

Mátame

Creo que tengo los documentos en la mano, y antes de firmarlos, juego con los lazos, con las puntas del camino. Tengo puesta el alma como un zapato en el pie que no es. He visto volar los sortilegios por la casa, las bibliotecas se robaron los libros y las polillas me comieron la piel. Ya estoy vieja, ya no canto, ya no recuerdo el peso de la memoria. Todo me sigue pareciendo una fábula, están allí como papeles que se adhieren a la pared, me hablan, me buscan en las noches de oscura sombra, yo apenas desfibrilo las piernas, las dejo caerse a cada lado como un par de canicas que seducen la gravedad.  Los besos saben a remedios para el karma, me río de mi y de mi densidad en el espacio. No fuiste mio nunca, ni por un instante de esos en los que fácilmente se manipula el mundo. Los canales del viento son el agua, la luz, la muerte. Los espejos brillan entre las copas, cuentan historias de niños y brujas, de doncellas e infortunios, de filosofías y caballeros. Cuando escribo, la l...

Cartas

Hola: No dejo de alegrarme por tus logros, de preocuparme por tus caídas, de pensarte noche y día, de darle gracias a la vida por lo que tuvimos y por lo que logramos, fuiste un sueño y elegir siempre fue mi regalo. Algunas veces es más fácil rescatar algo antes de ser quebrantado y la magia de todo esto resultó haber sido precisos con nuestras preferencias. Un pacto de cuida, se libera, se contempla, se extraña, se ama, se llora, se guarda, se alimenta. Un pacto somos los dos. Llevo conmigo la pesadez del hombre, la necesidad del sexo y la mentira del amor. Llevo horas y horas creyendo en palabras livianas. La vida misma tiene dos lenguas, una vive quieta y segura, la otra canta, se rompe, recuerda. Por días dejo de quererte, me hago la sorprendida con tus ausencias y siento los golpes que nunca nos dimos. Por días me abrazo a la hoguera de tus nuevos espíritus, me duele, me arde el alma.  Sigo escondiéndome para llorar, sigo presumiendo de una sonrisa postiza, sigo e...