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Verde Melancolía

Me faltan tus manos abuelo. El olor húmedo de la alfombra que adorna tu hogar. Me falta el silencio perfecto de las olas que pinta tu cielo y el bosque arriba donde duermen los escorpiones y juegan las hadas ¿Habrá algo en la tierra que se asemeje al sentir de tu rostro clavado en el horizonte mientras detienes el tiempo en el vaivén de las mecedoras? *** A mi me falta el gozo de verte a lo lejos, limpiando las mazorcas y fermentando la miel del agasajo ¿Sería posible que el queso que se gesta entre los moldes nativos de tu piel pueda dignificar a las almas que lo llevan consigo en el recuerdo? A esta hora duermes, como duermen las aves, como duerme el ganado, como duerme el sonoro galopar de un caballo que ha empujado la tierra durante todo el día. *** Mírate de paño y sombrero, con tus años que te otorgaron el privilegio de andar las colinas sin huir del tiempo, estás cobijado por el manto de las estrellas que solo existen sobre tus sienes y en lo alto de las c...

La Silla Y Su Ventana

Me gustan esas sillas ubicadas al pie de las ventanas Son frías generalmente y en su postura rígida conservan su milimétrico perfil nostálgico cómo de mirada ingenua, siempre quietas esperando a ser tocadas. Golpeadas por el aire que entra y sale masajeando las cortinas Esas sillas están puestas ahí por accidente, porque alguien quiso pasar un rato observando hacia la calle pero luego fue interrumpido por la llamada de su madre, de un amigo, de un conocido del marido por un vendedor de filtros. Es ahí en ese instante cuando la silla se vuelve retrato, cuando no le queda más remedio que mimetizarse con el espacio y volverse pared, volverse tapiz. Cuántos ahora estarán siendo la silla, cuántos ahora se quedan en silencio dejando pasar las caricias del viento, cuántos han sido olvidados, cuántos todavía esperan.

La Despedida De Mis Labios

Labios Fríos Labios como cuerdas Labios como pisos de madera Labios inmunes al ataque de las palabras Labios que bailan con la lengua Labios en intimidad con las manos Labios como oro lejano del hombre Labios como caricia de las sílabas con “s” Labios quietos Labios dueños del silencio Labios carceleros de la palabra Labios impacientes ante los gritos del alma Labios inexplorados Labios terrenos de bosque virgen Labios atados a la rutina de lo amargo Labios formados en la humedad del rocío Labios invictos Labios propietarios de la risa Labios culpables del llanto Labios que conectan con las manos Labios como ventana Labios de credo piadoso Labios nobles y sin bálsamos Labios sinceros con aroma a súplica Labios míos y nuestros Labios nuestros despidiéndose Labios separados a la altura de un avión Labios con visa y sin retorno. Mis labios diciendo adiós.

En Este Instante

Le extraño con furia. Cómo las olas cuando se impulsan para morir. Entre el sitio y la hora donde la pasión se convierte en herida. Pierdo siempre ante el recuerdo. Le extraño con voluntad. Dispuesta siempre a morir en el silencio. Ahí donde la lluvia borra las huellas y el aire eriza las plumas de las aves. Le lloro y ya no es secreto. Le extraño con conformidad. Porque aunque el pacto me doblega ante la ira y sus dominios. Aquí dormimos en un mismo abrazo la renuncia y el delirio. En este instante, le extraño.

Venga

Venga que puedo tocarlo Y no gritar todas las palabras, Puedo ahogarlas porque son infinitas Son las palabras que nacen al sexo Son las caricias hablando. Venga que con disimulo le excito Le arrinconó a mis laberintos Y le aplasto las horas en vela Venga que estoy absorta ante el silencio Y me cubro con su manto de melodías de tul. Venga que ya son las 11 menos 20 Y mis lagunas empiezan a taparse con niebla Y las hierbas se abrazan con la lavanda de otros planos Y yo le quiero justo, preciso, indicado, perfecto, alocado. Venga.

Quiero La Muerte

Imagen de Nona Limmen Quiero la muerte entre un paisaje, Quiero verla saltar de poste a poste, Quiero doblarla cual origami y llevarla en mi bolsillo Quiero gritarle a la cara y después dormir a su lado. Quiero la muerte como un gas extraño llenando mis pulmones Quiero la muerte para limarme las uñas en ella. Quiero la muerte cubierta de pelos y plumas, quiero la muerte estrellada en mi ventana. Quiero la muerte sin chance de regresar. Quiero la muerte como mi reina gorda y rubia, quiero la muerte como una erotomanía, con alevosía, quiero la muerte a gritos, quiero la muerte de frente. Quiero la m(u)erte.

Todos Los Días Son Sábado

Foto de Javier Trinajo A esta madrugada la persiguen los gritos de la calle, el pujo de algunas parturientas y el calambre helado subiendo por mi espalda. No tengo miedo y sin embargo me ataca el frío, se monta sobre mis pies y me duelen, me duelen los días que se acaban, me duele el tiempo en el que tendré que correr, me duele el suspiro después de la batalla, me duele la carne y me duele el alma. Sobre las sábanas me alcanza el abrazo, la ironía y el llanto. Vengo y voy entre sueños, me sitúo en el pensamiento, intento no gritar pero no puedo, no quiero y siento. Siento el alma viajar en el tiempo, siento en la cara el viento de los camiones que entran a la ciudad y dejan rastro de mierda en la avenida, siento a las aves que duermen volando sobre su último sueño, siento la sed del diablo y siento la maricada que deja a su paso el miedo. Todos los días son sábado, son el abrazo que me despide del sexo, son el parque de atracciones mecánicas cerrando sus puertas,...