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En La Tercera Esfera

Si tu voz no está, me duermo con el rastro de tu piel, que en coincidencias habita entre mis libros. Volví a escribirte cartas con mis ojos, entré en el juego cotidiano de esperarte cada mañana entre silencios. Sé de ti y de tus días, de tus stacattos que me bañan de aire y me hacen melodía. Las noches vienen con el deseo de mi amigo el escritor, él dice amarme y yo respondo a sus secretos sin querer creer nada. Mis rastros se han quedado en un hospital, en unos brazos débiles y en una pequeña boquita. Voy por la calle ahora con la cintura rota, tus brazos me faltan y tu sutil manera de llevar la ropa, me muestran la estupenda puntualidad de tu cuerpo en mi tiempo y en mi espacio. Vas y vienes, traes algo contigo que no puedo entender y mucho menos poseer. El cielo trata de encontrarme y yo sigo adentro, bailo al compás de nuestros gustos, de nuestros anhelos. ¿Sabes cuántas veces puedo despertar aferrada a tu alma? Las noches me han llevado a ti, te sueño todo el tiempo y sé q...

La prima vez que te vidi, De tus ojos me 'namori.

Tu lugar en mi vida es virtud de la memoria, es palabra libre de fonema y amarrada a la interpretación, tu lugar en mi vida es verde variado en el campo, es la prolongación del encanto, del amor. Tu lugar en mi vida es el oxígeno que atrapo y los latidos a destiempo con los que canto, tu lugar en mi vida es mi mirada sobre la tuya aún cuando el llanto enmarca tu alma en cristales de mágica verdad. En tiempos de malestar nada nos sorprende y todo nos impulsa. Estás atado a la sombra de mis ramas, todas hajadas y con sus deditos rotos de abrazar raices y letras, panoramas inquietos a través de nuestras ausencias y la imposibilidad de encontrarnos. Una bebida sobre la mesa, tu espíritu de vela y la voz, la constante voz de los que tienen ganas de besarse.

Sin Destinatarios

By Proyecto Garmendia Si me tardé no es más que por mi negada fortuna del que se cree un mal aprendiz. Llevo días pensando en este discurso, en las palabras correctas que unidas me dejen el alma más liviana y de alguna manera alivien la suya. Soy consciente de cada cosa mal dicha y mal hecha, me las he tragado todas, una a una y he llegado a una simple y drástica conclusión, no merezco nada, pero anhelo su perdón. Hablaría en mi defensa, pagaría abogados para salir medianamente bien librado, le negaría un quizás a la idea de alejarme y entrar de inmediato al juego de la distancia adecuada. Pero con lo difícil que se me ha dado el trabajo de maquinar, de armar un plan justo para los dos, pero sobre todo para usted, no tengo más opción que rimar con la idea de rondarle y no ser su canción favorita, pero si esa que suena por ahí, en la calle, en los bares, matando cualquier silencio. No necesito darme la vuelta para que sus ojos me recuerden lo importante que es quer...

Einsamkeit Kind

By Nona Limmen Voy a mirarte cuando no me sea permitido. Voy a abrazarte cuando me duela la piel. Voy a revelarte la luna cuando cierres tus ojos al dormir. Voy a besar tu voz cuando el silencio nos inunde. Las luces se apagan cuando los cuerpos se encuentran. Nuestras sombras son las mismas que se escapan al encuentro con el mar. Voy a cantarte canciones en versos, sobre papel y sin melodía. Voy a marcharme cuando me habites y diré adiós entre tu pecho. Voy a ser animal y al verte huir perseguiré tus malos pasos. Voy a dejarte morir entre otros brazos, para que ruegues vivir en los míos. Las luces se apagan cuando los cuerpos se encuentran. Nuestras sombras son las mismas que se escapan al encuentro con el mar. Voy a adueñarme de tus ángulos, aun cuando desconoscas tus curvas. Voy a regarte mis células en las esporas que deja la lluvia. Voy a dar vida a relatos que jamás nacieron entre montañas. Voy a darte poder en la niebla y después podrás desaparecer. Las ...

Jarabe Para El Alma

Qué mal negocio darte el corazón, ignorar la pesadilla y creer que puedo resistirme a las despedidas. Tendrías entonces que volver a nacer, para ser mi amante, tendrían que volver a revestirse de verde las hojas caídas que se despedazaron entre las corrientes, para tratar de guardar nuestras historias de diamante entre mi pecho y bajo el sol. Tú, con tus modos indolentes, me escribiste tu nombre en la frente y volviste a desaparecer. Todo debería arder. Te gusta extrañar pero no sabes querer. Me has atado para hechar a correr y este monstruo al que le temes es el mismo que alimentas por tres veces. Tu maldad suele ser inconciente pero siempre estas revestido de fatalidad. Del pasado saltas al presente y otra vez empiezas a desaparecer. De fatalidad esta hecha tu furia de circo y de absurdo rencor se reviste esta bruja. Hoy detesto el futuro, el mismo que nos hizo suponer la inmortalidad del cuerpo como el niño que nace y se cree eterno en los brazos de mamá. Si este día...

Mar

Tengo una lección con tu nombre de mujer, el llanto, los juegos, las canciones desconocidas que aprendí de ti. Hoy te llevo conmigo, en mi aire, en mis pies, en la piel. Tus labios diminutos y tu piel me recuerdan nuestras traviesas hazañas en un salón tan grande que servía de hogar y de lecho para fantasear. Tus manos en mi pecho marchando al ritmo de los discursos de nuestra mujer amada, las letras, las cámaras, la voz y los supuestos escatológicos de alguien que quiere adelantarse a los axiomas del cuerpo que en su todo conserva unos ojos que cuando recuerdan o llaman la nostalgia giran a la derecha y que cuando mienten o inventan versiones de sus trivialidades ruedan a la izquierda y se posan en la risa, en la negativa de una vida que nos ha golpeado, amores embrujados y cadenas de mentiras y la voluntad, nuestra voluntad, nuestra puta voluntad. Las cartas, las cartas que nacían de un simple refrán, una básica rutina de decirnos todo el tiempo que tenemos la vida entera para a...

Desencuentros

Quiero recordarte mientras imagino un trayecto absurdo en un auto cualquiera, no conservo la dirección pero sé que estoy cerca a tu casa. Es la maldita costumbre de abrazarte en la distancia, de ignorar las señales que al compás de una luz roja nos obligan a frenar. He cantado para ti, he esperado horas la cita que nos debemos y te ignoro todo el tiempo.  Ayer hice el amor toda la noche, desperté con los besos de ese hombre aferrados a mi pecho y nuevamente lo deje entrar. Luego vi el techo arropado con la luz del día, vi sus curvas de aire ondeando como la danza de una bruja que invoca nombres sin ruido, cerré los ojos a la tarde pero no pude ignorar de ella aquello que se esconde: nuestros cielos en distinto mapa. Ven aunque te haya reemplazado, ven a cuestionarme desde siempre, desde el alma, ven y vuelve a suponer estas historias, siéntelas tuyas y regresa a tu vida de incontrolable duda. Estoy ebria. Estoy maldecida por el refugio esporádico del licor, vuelve a mi, ...