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Entre Irse y Alejarse

Apenas el sol acariciaba las constantes de la ciudad, todo como siempre tan manual, su rostro estaba pleno de sudor, ese que no puede percibir cualquiera. Era una hada, de esas que rondan envueltas en alguna tela ligera, arrugada. Ella era otra vez esa dama hecha de gracia y primavera. Iba por las calles bailando, su mente era un lugar, ese lugar era él y el extraño color de su mirada. Se tomó el tiempo para acariciar un mantel cualquiera en la avenida, pidió un café, aunque sabía que su cuerpo quería otra cosa, entonces detuvo cada sorbo para dar lugar a la terrible verdad que la extrañaba. Adornada con aros y pulseras, su corazón de flor escarlata y su pelo se hicieron uno con el otoño. El rugir de las hojas maltratadas por algunas huellas le hacían descubrir el olor de la fragilidad. Se alejó de ese lugar donde cualquiera supone una verdad, donde los credos son mitos y las razones se las beben como cerveza. Ella llevaba una fiesta en el alma para mantener la risa con la que...

Las Cartas De Efraim

Ya habían pasado por todo mi cuerpo las oportunidades para las pesadillas. Más de 22 veces en los últimos dos meses. Tenía la cura para los golpes, prefería pasar los sábados en casa, invisible sobre la cama hasta las 11:00 am, inventando canciones, tratando de remendar la misma guitarra, así como haciendo dobladillos con mi memoria, pensado en lo que debía olvidar. Los viernes en cambio, estrenaba camas, solía bailar desnuda del mismo modo que lo hago frente al espejo, cuando definitivamente insisto en lo ridícula que es mi vida y mis ambiciones corporales. El viernes era pues para las traiciones eléctricas, esas que me conocen desde los 13 años, las mismas figuras enormes volvían a atravesarme con tan poca dulzura. A los siguientes ocho días, si antes no se me cruzaba el afán, recolectaba las desgracias de los "hombres perfectos", su aroma siempre intacto, como el blanco de sus manos bañándose en mis lunas.  Tuve días en los que el negocio no era próspero. Volvía...

Ecos y Supuestos

By LaMirona La lluvia cae por razones obvias para nosotros, llega justo para aquellos que no paramos de darle crédito a las voces. Tengo los ojos vendados por tu mirada asustada, sigues llorando, eres de mis brazos la necesidad de abrazar, la piel se esfuerza en encontrarse contigo, y apenas me sorprendo con lo que encuentro en tu mente, eres un pequeño atrapado en los esfuerzos de sobrevivir al suicidio. El pecho se me ha dilatado, las mujeres son al final las virtuosas, nacidas para cantar y romper aromas, miedos y cuerpos a la mitad. Volví a encontrarme con la niña que pasaba las tardes enteras quieta sobre su cama, tratando de entender ese salón de voces. La bruja dice que es un don, qué es mi angel tratando de decirme cuántos encuentros tendré contigo. Vienes con los pasos iguales a tu forma de acariciar, esa práctica que involucra tu mirada color bosque... La injusta mujercita que escribe rutinas de una viuda, permanence aparente, es la misma que se ha podido sentar ...

Imposibles y Anticipados

Nudegrafía En mi naturaleza no hay orden, tengo la mala costumbre de hacerlo todo mal, me dejo seguir y nadie tiene que atraparme, experta en entregarme. Lloro la soledad, pero duermo abrazada a ella cada noche, a veces le saco llantos haciéndole creer que hago el amor con un mismo cuerpo, cuando cada que vuelvo a nacer me encuentro seguido con cualquiera de mis amantes. El diablo se ha vuelto puntual, se me cruza en cada bar, me muestra su puñal y afirma que me luce si lo dejo entrar. Las sombras se alargan y acaban al pretender mi regreso a usted. Me reduzco a la fragilidad de las sábanas, me entrego misteriosa, me vuelvo carga de alta tensión, su silencio y su pudor, su vergüenza habitual, es la foto que vuelvo a acariciar, esta noche vuelvo a verle y no paro de temblar, tengo la piel invisible, cada órgano se desprende de mis miedos, la libertad del sexo es el paraíso de mi mente, es un absurdo lugar, que acaba en la ira de perderle.  Tendones, cadenas atadas a la...

Siempre Son Las Seis y Media

by Diamantelocoo ¿Quién se atreve a hacer tanto ruido? No voy a volver, no quiero saber de carreras, no me interesan, sé lo que hay al final... Egos mortificados por estaturas y prendas gigantes. Me trago el ayuno. La carne ahora es terciopelo. Cierro los ojos y veo tus líneas, no necesito aprender porque me gusta ir detrás. Vuelvo a la cama sólo a dormir, la ventana se cerró sola, también se ha cansado de esperar. No conservo las guerras, cada cual inventa sus armas, algunos se limpian la sangre conmigo, yo nací para saber que no puedo quererte bien. Cuento faltas y rehenes. Intento recordar lo que anoche debía olvidar. Espero como las aves que no saben planear. Soy pesadilla para los creyentes, rota voy tratando de admitir que no hay nada de ti. Las noticias me hablan de lo que has aprendido a cargar. Vas con una chica enorme, bonito girasol para tu ojal. Tu corazón se ha dejado acariciar, yo no tengo frío, me vuelvo a permitir la sorpresa, de tejer tu cica...

Una Última Carta

Piccirilli He detenido las lágrimas, necesito esa fuerza para empuñar el lápiz, dibujarte, dibujarme tejedora... Es la última carta sobre la mesa, quebrada como mi voz cantando bajo, susurraré el 'nunca más', no podré vestirme jamás, después de haberme hallado sin nada sobre ti ¿porqué no me dejas morir? ¿acaso es mi obligación ir detrás? Los diarios son el peor de mis recursos, no sé hacer más, nada mejor a esta forma de matarme y fingir una eterna sonrisa. El 'aún' en ti es el jamás para los dos, tal vez no me equivoque al llevarme tu desazón, son los temporales los que nos reúnen y nos han vuelto a separar. Guárdame junto a la señorita que te ronda y que nadie me sorprenda, soy el secreto de quien intenta huir... Este papel soporta lo que mi abrigo absorbe, todo lo aprendido ya lo he olvidado y vuelvo a caer en tu mirada favorita, quieta en lo natural de los dos, el único lugar que puede mantenernos. El vientre me ruge, está muriendo, aniquilado por las ...