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La Palabra Más Bella Del Mundo

De nuevo. Otra vez. Tengo el lazo palpitante del corazón entre mis piernas. insisto en aferrarme a la necesidad de arroparme con su sombra. Nunca tendré palabras porque me siento huérfana. Abráceme si puede y cuando no pueda cierre los ojos como quien parpadea para escaparse a la fiesta del cielo que está por caernos.  Somos la muerte y la vida servidos en la misma mesa. Déjeme ser la sal que se le cuela por los poros en forma de agua. Sí, estoy nerviosa porque me adentro en sus ojos, me dejo perder en el recuerdo de usted debajo de mi. Tremenda nobleza que adorna la fantasía de adorarnos sin verdadero amor. Ahora nada puede ser mejor que tener vivos sus labios en los míos. Lo pienso y de inmediato me embriago, no porque el licor lo haga más fácil, es porque tiene el poder divino de arrojarme al deseo inmediato, de acabarme sobre usted. Otra vez me palpita el deseo, es como el lenguaje de un cuerpo que quiere acostumbrarse a su forma. Usted está hecho de viento y en él me ...

Soñarlo

El sueño... suspensivo en los surrealistas, barreras de la realidad, golpes sobre la espalda como caricias en el alma, almohadas y cantantes, dramas de adolescente, versiones de jazz, brujos, mariposas, sábanas en agua, inhalaciones sin aromas, tu beso, mi beso, nuestro sexo. Estás a escasos 2 pasos, te pienso como si nunca hubieses llegado. El sueño... otro lenguaje, le canto, le hablo, le beso, le doy la espalda y lo estrello contra mis muslos.  El sueño... la piel, la razón, la pre-ocupación. Tengo oraciones que suben por la torre. El sueño... me arrodillo y me confieso, mis ojos en los tuyos, mis labios en tu carne. El sueño... tu cama es mi parque, las golondrinas son aves muertas en el balcón, adentro somos tu y yo. El sueño... recuerdo nuestra historia y seguimos siendo tres. El sueño... mi mano en tus espinas, me mantengo atada. El sueño... detalle, lunar, silencio, cuerpos. El sueño... usted.

Cartas De Duelo. Primera Parte.

By Guajira Psicodélica Del mar sólo queda la marea, esos amores de los que nacen niños sin llanto, sin alma. Esta no es una carta común, es un abrazo. No soy nada buena con las palabras, las uso mal todo el tiempo, le temo al diálogo, al sonido de aquello que jamás comprenderé del amor. Hoy me vi frente al espejo secando lágrimas con absurda delicadeza para no echar a perder el rímel. Vi en estos ojos el dolor de cualquier animal, que sin sentencia ha sido capturado. La calle es una jaula, la oficina su candado, el aire es veneno. ¿Cuántas veces esperamos regresar a las historias sin comienzo? Nos vemos obligados a propiciar espacios inexistentes, a abrazar la esperanza, a convencernos de verdades que parecen frases imposibles. El hastío, el engaño, el depredador. Linda, somos un par de aves, nos han atacado y aún sabiendo aquello nos aferramos a cuidar el nido... vacío. Decimos adiós sin alejarnos, jugamos el juego de los egos, bañamos todo aunque se desborde de humedad. ...

Café Asfalto

El centro de las ciudades es la cama de las lluvias. El viento deshace en él cualquier intento de palidez y la única tarea pendiente siempre será marchar por esas calles juntos. Las pequeñas odiseas, sin nadie que las lea son pequeños aromas de flores cortadas hechas presente. Cuando escribo no hay ciudad. En la soga cuelgan las cenas y cocteles de terrazas embalsamadas de lamentos, ansiedades, vicios y sexo. Mi amiga "la maga" me insulta, lo que el mar no desea lo escupe la marea al atardecer. Salgo invicta y húmeda, voy a verla otra vez y es ese beso en la boca lo que nos reúne, ni si quiera el vino nos baña, sólo está estático en la foto de una copa agarrada por estas manos que resbalan por cualquier cuerpo. Café asfalto: 23:17. No existe este lugar. Alejandra entró al baño, la leí, me besó en los labios, la recordé como si su piel fuese un libro que captura la rareza de sus diarios, todos los hombres que sobre ella pasaron se han quedado en sólo iniciales, ...

Aire

Otra vez la lluvia incípida, la que no sabe si seducir al sol y pintar a medias los verdes de la montaña, o ennegrecer los duelos del hombre. El beso que nos despide, la voz entrecortada, el duelo, el licor, el mar de ojos tristes. La cita de la boca con el vicio, el lamento y el canto. Huele a humo, huele a humedad. Una mujer que canta, una gaita que llora. La vida se va con las olas, el dolor es una perla. Sal, sal, sal. Una voz interrumpida, el dolor por recuperarme, yo frente al papel. Las ancianas, el ocaso, los últimos tres segundos, y tu mirada no se va.

Voz De Una Gitana

Foto: Diamantelocoo. De la sencillez de las putas heredé la sonrisa maldita con la que se buscan indulgencias y se ganan abrazos derramados. Entiendo que el juego de esconderse nos une, huir de ti, de tus pasiones y de tu negligencia no es una opción aunque es mi rutina. Tengo varias razones para confiar y muchas más para seguir seduciendo nuestras almas. Voy a permitirme dejar el llanto a merced de nuestro sexo, es una manera oblicua de arraigar el verbo y tenerte y retenerte. Mañanas inundadas, sé que me observas, estás allá donde los ríos se han secado, donde nada puede entretener las golondrinas, donde la hierba quema, donde no eres tú y tratas de suponer que la luna te ilumina, te eclipsa. Suenan tambores, cueros rotos, olores de leña y condenas de alguien que no puede olvidarme. Dame tu aroma escondido en tus cabellos, dame la piel resquebrajada con la que das abrazos. Tráeme la arena y tu nueva pena. Estoy concentrada por la melodía, bailo sentada, me acelera el pul...

La Perla y La Raíz

Foto by Guajira Psicodélica (si lees esto debes entender que te extraño) Escribo en tardes como esta, se me parecen a los domingos donde la urgencia pierde la batalla y me obliga a dejar a un lado todo aquello por lo que debería hacerte una nueva carta o dedicarte mis ojos recién maquillados frente al espejo. No termino de deshacer maletas, me escondo en esas violetas que dejan los sepelios. Me permito ser atacada por el gato, le desafío las garras y me dejo lamer lo dedos. Regresan los boleros. Traigo el impulso de pasar la noche entre lágrimas, sin embargo hace días perdí la cultura de matarme con tu recuerdo. Me dejé inundar más bien por el ánimo de la angustia de sentirme muerta. Juego con los hombres, tengo a varios llamando a la puerta, me he tratado de confesar y mis impulsos no me dejan más que sobrevivir a los cólicos. El aceite de onagra volvió, soy adicta a suponerme sana. No hay nada por leer, reviso las librerías y eso que quiero no está, no existe, no me lo han h...