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Muerta la pasión...

Yo no entiendo las batallas y más cuando las debo padecer yo sola. Hoy nos matamos a golpes, hoy sentí que un grito desgarrador tiene más valor que cualquier súplica. Quiero morir dentro de este dolor,  ya le temo a la angustia. Tu oxitocina se acabo y yo me quedé con la terrible sensación de saber que no me deseas, que te estremezco la mente con mis perturbaciones.

Paranoide

Como es costumbre, ya me había ido de la tierra, para agarrar un poco de ese estado andrógeno y libido de la feminidad, ya no me ahogan tanto los problemas del amor, pero si me dejo consumir por algo que aquí se le llama esquizofrenia.  Mi romance sigue igual, aunque de vez en cuando me sorprendo aun por los sobresaltos de la convivencia. Esa horrible manía de él que me obliga a mantenerme en la orfandad absoluta, ahora las putas deudas me consumen, pero todavía considero que es tiempo de vivir apenas debajo de la sombra. Y sí, porque por más que trate de salir, así sea sólo para asomar la cabeza, no falta e ruido político que crepita por estos días las sórdidas calles con olor a asfalto más que a humano. Unos se creen superhéroes y otros con la cabeza llena del Espíritu Santo pretenden parecerse a Dios.  Ya no hay humanidad, sólo manadas de lobos que se revisten de humanos, para parecerse a algo que vive, que respira y que de vez en cuando siente. Nuevamente se oy...

La ironía de la soledad

Se dice que cuando una mujer se va, es por que está pidiendo a gritos que la salgan a buscar. Yo pienso que aun después de haber ido y vuelto, todavía pido a gritos que él me salga a buscar. Ya ha pasado un mes desde el día en que elegí volver y digo elegí por que fui yo quien puso las opciones y fui yo misma quien tomó la decisión. Aun con esa imagen falsa que me hice del amor y con ese sueño quimérico que tejí, sigo plantada aquí queriendo sola y sin algún poder para obligarte. Entonces después de ver que ni una terapia, ni un documento que jamás se firmó, ni la vocación misma nos convence a los dos, creo que vuelvo a ese agujero que me hace permanecer dentro del sistema no por mi, sino por que mi hijo me lo exige. ¿Qué culpa tiene él de que yo no haya sabido elegir? Entonces vivo con el absurdo y descompuesto antojo, de quien busca el gusto en una persona que jamás llega a ser o a sentir, ese que busca el placer en los rincones más oscuros de la soledad, ese que siente que despu...

Odio suplicar que me ames

Estás a mi lado,  pero sigo sin sentir que hay algo entre tu y yo. El maldito silencio del desacuerdo y la increíble necesidad de callar lo que siento para no demostrar mi debilidad es la estrategia más ridícula que haya podido inventar. Dame un beso en el alma, déjame sentir con mis largos y finos dedos de qué estamos hechos. Cómo puedo yo disfrutar de esas canciones románticas con las que conquistas las ilusiones viejas y ajadas de una estrella nueva en el cielo. Por qué no deseas de mi eso que algunos aspiran probar así fuera en sueños.  Mírate, estás en la quietud de la rabia y del deseo. Dame tus manos, abrázame, que aunque nos invada el clima cálido yo aún me siento fría. ¿Tu furia conmigo es porqué no me atrevo a callar mi llanto cuando te pierdes en nuevos horizontes? Esta falta de confianza creció hasta invadir mi cuerpo y ya no sé cómo sacármela. Ayúdame amor no me arrojes de esa manera a la condena constante de mi desgraciada orfandad.

Todo está consumado

Fuiste tu... sin ganas de hablar, irrisorio en tu silencio, inconsciente,  loco y malvado. Cómo es que me dices en medio de tu descaro que ya no valgo nada, que como Dios, he muerto. Yo una vez más quede frente a la puerta que tiras cuando te repugno. Cómo putas se mata tal dolor. Déjame ir, no me prives de la soledad que es hermana de la libertad. Dime todo lo que me debes decir y ya, no me obligues al calvario de depender de ti. Clava hasta el fondo ese cuchillo con el que me apuñalas día a día la belleza. Ya no más, ya no me ofendas más.

¿Cómo se siente ser la palabra inspiradora del otro?

Cuántos hombres habrán querido ver una estrella. Y yo aquí, sola. Dime que después de tanto tiempo, sigues pensando en mi. Yo aquí sola, no he dejado de hacerlo. No tengo palabras, no siento que pueda decir algo más, a parte de mi ansiedad por oír de ti, aquellos versos que el tiempo y la rabia nos arrebataron. Dime, ¿qué sientes cuándo te encuentras con los detalles de mis palabras? Tal vez ¿sabías que escribo cuanta cosa me gusta sólo para vos,  al menos a modo de indirecta?.

Nostalgia

De nuevo estoy aquí, me tocó. Tuve que volver a la rutina absurda, en la que lo único que se escucha en medio de tan insolente soledad, es la voz de la muerte taladrando cada recoveco que busca escapar del dolor y la angustia que deja la incertidumbre de estar o no aquí. Ahora debo pronunciar algo, debo comunicar algo diferente a lo que ya he dicho. Quedarme o irme no es la solución, se trata de estar donde sea pero con la valentía que me permite estallar segundo a segundo mientras la voz, que no es tuya, me dice que no valgo nada y que quizás ya no existo tan cercana a tu corazón, pero cómo, si suena más el palpitar irrisorio, estridente y angustiante de tus sentimientos, que la negativa de mi distancia. En efecto, ya no estoy ahí, estoy a un lado pero no ahí donde se supone que debería estar. Mi voz es nada y suena más el viento cuando está quieto, que mi voz hecha movimiento. Ahora sólo pienso en una cosa y es algo que sin duda me arrastra a otro panorama, me contrapone a...