Mi juego contigo es el de los ingobernables, la lucha constante por negarte La canción que suena solo para recordarte Y ¿qué harás justo ahora? Los ingobernables se esperan Aunque el camino para reencontrarse no lo sepan. Llévate estos abrazos que desesperan Porque el grito con tu nombre, por ahora es lo único que me quema. Mi querido ingobernable La astucia me trajo ante esta hoja el afán de la memoria y el ruido de tu calma Pueden hacerme andar cada día sin cargar el alma. Mira que ahora tengo horarios para dejar de ser Los días libres naces de mis gotas Y vuelvo a tu abrazo que hoy esperé Y lamentablemente el sonido de tu voz ya lo olvidé. Tus días me rondan como un trabalenguas Vienes con la efeméride del día Y hoy hace siempre Yo ocupo ese lugar, en nuestro imposible hogar.