De nuestras
escenas por la calle, por el mundo
viene tu espíritu
saltando por los siglos y mis huesos
y mi lucha contra
el viento y la lluvia
Esa imagen quieta
de un par estrenados en la fidelidad
y a ese ritmo,
sin dones, pero con tantos pecados
nos abrazó el
deseo, juntando nuestros cuerpos irremediablemente
En el casino me
jugaba el azar en la ruleta
Luego el ruido
nos llevó de una calle a otra y a la vuelta
Un beso, mis lágrimas,
el miedo, tus manos en mi cara
el pacto empezaba
su ceremonia
y prometimos no
tocarnos cuando ya estábamos unidos
Y yo en la ducha
viendo como mi
cuerpo modificado en su estructura por el poder del tiempo
empezaba a
buscarte en impulsos sin remedio, como si presintiera el amor
y mis ojos sin
ser ojos, ya te seguían fieles.
Yo callé nuestras
pisadas, hui de las viejas azucenas
me culpé y vi pasar
el río con sus pisadas
le despedí
El juego
terminaba en su desorden
El juego nos
escondió entre poemas y cuerdas
Elena nació en
esa bebida
y el agua sucumbía
a mis tiernas caderas
la cerveza, las
distancias, algunos temblores dentro y el orgasmo
la sangre, la
madrugada, la mañana, el medio día, el entero amor
Y de nuevo las
calles, su rugido, su esperma en cada torre
Ven a ver cómo
las canelas siendo flor no perfuman los bosques
y de repente calman
el malestar
con esta canción
y de ti tengo espacio en cada rincón
Hay niños en esta
isla, que vienen y naufragan, con destinos cortos, sin nombre
cúlpame deseo,
castiga con la agonía del placer resuelto
Los mares sin
barcos. Un faro
la lengua que los
marea, que se arrastra pesada en la arena
que dentro juega
y baila y se moja
La lengua que me
aplaca la ira
que se aferra a
los labios, los bautiza con todos los nombres
que a compás 4/4
va alimentando mis fonemas
y los pronuncio,
y te aferro en mis relatos
y estallo sobre
blancas montañas
y la angustia y
la risa
y mi reflejo en
el espejo
La cabeza que cae
con todo y cabellos
Los brazos
sujetos al fetiche
Las piernas que
no siento
La palabra que te
abraza, que camufla el llanto
que libera, que
funciona y que repara
Y del hogar,
nuestro reto
11:23 de la
noche, la cocina que te espera
la gata que
coloniza las escaleras si no te ve llegar
mi respiración en
la cama
una media luz que
te guía
y entras aquí
Ayer el jardín
con sus reclamos y tu madre al teléfono
las cuentas por
pagar y todavía nos tenemos
en todas partes
los pasillos con flores
el hambre trepada
en los árboles
un café que nadie
sabe hacer
mis sábados de tu
mano entrando en la biblioteca
y regreso al
amor, al check out del medio día que me agita
que deja marcas
por todo mi cuerpo
el gusto, el
dolor, el cariño, la fuerza
y cualquier
paradigma que exista para despedir las sábanas.
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