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Narraciones Sin Motivo (Parte I)

Ilustrado por Frida Castelli
La pobre puta debe sonreír, debe sentirse agradecida porque con ese dinero pudo pagar el colegio de lo que años atrás fue su noche imperial, tiene que amarrarse a eso pues esta noche por fin tendrá sardinas en aceite para comer. La pobre puta ya compró nuevas medias y las va a estrenar con Alexander, después irá a ver a Julio, llamará a Alejandro, pero Rodrigo tiene un poco más para darle, tanto que la maya le romperá, y con ese dolor que queda en cada hueco se irá a casa, arropará al pequeño y programará la alarma para empezar su puta vida otra vez en unas casi dos horas.


La pobre puta se viste de ofrenda, y en cada paso se hace leyenda, escribe cartas a nadie, le da amor a la ausencia y navega entre brazos y piernas de hombres lobo, de hienas, de bacterias. La pobre puta canta en un bar, se toma un trago que en 30 minutos la va a matar. Ya no abre los ojos en una esquina con pinta de hostal, ahora abre el alma sin ganar de querer resucitar.


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