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Elogio A La Comedia

Photo by Denis Forkas Kostromitin La comedia tiene la gracia de estar por encima del delirio, está ahí camuflada entre la locura, creyéndose diosa y hada, jugando con la ira y despertando a los bufones del pasado. Ella tan coqueta como siempre, convencida de una sensualidad que nadie entiende, pero de la que todos se antojan. A la comedia se le ve por ahí, atravesando pasillos, siempre a la víspera de las celebraciones porque gracias a Dios, nació. La comedia sale a la calle, disfrazada de lujo y lejanía, con sus manos suaves agarradas al qué dirán y siempre estrenando zapatos, porqué para que pisar el suelo si a mayor distancia más se infunda el anhelo. Su maldita risa loca, mueca, perversa y escandalosa, va por ahí y se las juega todas en la noche, cada viernes captura un alma y nunca más la libera. La maligna comedia se cree dueña y abre locales de la vergüenza, embriaga a los solitarios y se siente perfecta, tiene estrías en el alma, pero se maquilla los l...

Ansia

¿Qué habrá dicho la noche que nos arropó y ahora nos tiene frente a frente entre mudos vientos? ¿Acaso al hombre le brillan las pupilas por la esperanza más que por lo que posee? A los viajes les faltan las promesas, así como a estas manos se le agotan las fuerzas para empuñar la pluma y revolcar las arenas de nuestro manantial. El tiempo que suma, ahora también resta novedades. Nada más monótono que entrar en los días soleados, atravesados por deudas que se pagan puntuales y un café que se sirve frío y que dura sobre la mesa dos o tres horas. Nada más monótono que todos mis lugares carentes de palabras y repletos de bostezos. ¿Qué dirá ahora la noche que me ve paciente preparar la cama, dormir del lado derecho, escuchar la ausencia y caer profunda hasta que el sol sacuda mi alma y la traiga de vuelta?

Fragilidad

"La noche bebe, se bebe, se nos bebe. Tú estás en mí pero yo no estoy en ti. Yo te amo desde muy lejos. Yo inauguro un lugar de esperas, yo cambio el sentido de la espera, yo espero en un lugar de encuentros. Yo aprendo el vértigo". A. Pizarnik Solo espero con ganas poder cerrar los ojos, depositarme en el abrazo del sueño y esperar entre los bloques de los edificios a que su rostro venga a empaparme de solemnidad. A esta larga espera de vidas tras vidas y pactos sobre pactos, se le suman el dolor de la anomalía, una leyenda que parece más un cuento y que al pasar la hoja resulta que ya es el fin del mundo. Ana no tiene a quién lamer, su nido se deshace y mientras espera a su fantasma de los sueños, arruina su ego gritando sin fuerzas porque trae el vientre ocupado, la frente cansada y los labios rotos de tanto mentirse. Esta vez me leen tus ojos desde Suecia, en unas horas desde Alemania y mañana tal vez ya no me quieran leer. ¿Quién lleva ...