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Ansia

¿Qué habrá dicho la noche que nos arropó y ahora nos tiene frente a frente entre mudos vientos? ¿Acaso al hombre le brillan las pupilas por la esperanza más que por lo que posee? A los viajes les faltan las promesas, así como a estas manos se le agotan las fuerzas para empuñar la pluma y revolcar las arenas de nuestro manantial. El tiempo que suma, ahora también resta novedades. Nada más monótono que entrar en los días soleados, atravesados por deudas que se pagan puntuales y un café que se sirve frío y que dura sobre la mesa dos o tres horas. Nada más monótono que todos mis lugares carentes de palabras y repletos de bostezos. ¿Qué dirá ahora la noche que me ve paciente preparar la cama, dormir del lado derecho, escuchar la ausencia y caer profunda hasta que el sol sacuda mi alma y la traiga de vuelta?

Fragilidad

"La noche bebe, se bebe, se nos bebe. Tú estás en mí pero yo no estoy en ti. Yo te amo desde muy lejos. Yo inauguro un lugar de esperas, yo cambio el sentido de la espera, yo espero en un lugar de encuentros. Yo aprendo el vértigo". A. Pizarnik Solo espero con ganas poder cerrar los ojos, depositarme en el abrazo del sueño y esperar entre los bloques de los edificios a que su rostro venga a empaparme de solemnidad. A esta larga espera de vidas tras vidas y pactos sobre pactos, se le suman el dolor de la anomalía, una leyenda que parece más un cuento y que al pasar la hoja resulta que ya es el fin del mundo. Ana no tiene a quién lamer, su nido se deshace y mientras espera a su fantasma de los sueños, arruina su ego gritando sin fuerzas porque trae el vientre ocupado, la frente cansada y los labios rotos de tanto mentirse. Esta vez me leen tus ojos desde Suecia, en unas horas desde Alemania y mañana tal vez ya no me quieran leer. ¿Quién lleva ...

Otro Sueño

A los sueños los abraza el recuerdo su rostro del otro lado de la mesa y sobre la mesa cuatro vasos. Su mirada, mis manos, el tiempo y el pacto. A los sueños los abraza el recuerdo yo no me olvido del calor en medio del frío sus manos haciendo magia. Mis labios, su piel, mi voz, la distancia. A los sueños los abraza el recuerdo sé muy bien dónde habita y a sus pasos los persigue mi memoria. Seguimos encerrados en París respirando el mismo aire.

Tengo Miedo

Ph: Nona Limmen Tengo miedo de necesitarle, de sumar su nombre al volumen de libros que hablarán de usted, de los dos. Tengo miedo ahora. Tengo miedo de salir a la calle, de ir con mi sonrisa pintando panoramas en los que de pronto por error o por casualidad su mirada vuelva a detenerse en la mía. Tengo miedo de entrar en desespero y gritar desde la azotea una gran verdad. Tengo miedo de seguir suponiendo que los días que usted me falta son solo la dulce espera de una oportunidad juntos mañana, el año que viene o la vida después del más allá. Tengo miedo de despedir al sol poniente con otra lágrima más, de apuntar mis brújulas hacia usted por siempre. Me asusta el silencio que me pone en el encuentro inefable de sus fotos frente a mi boca y el deseo latente de su faro nocturno. Tengo miedo de perderme en las aguas de sus labios y seguir a la deriva sin ver orilla. Tengo miedo de aceptar que me ha olvidado, que ya no estoy en el recuerdo de un lugar perfecto. Tengo miedo de no ...
Labios de Nube By Nuberrante El día de su bautizo debieron llamarlo por sus 4789 nombres, cada día que se encrespaba en la atmosfera él era un hombre distinto. Por ejemplo, era silencio de enero, de gentes cansadas por la fiesta y el licor, después era un todo un gitanillo, con cigarro en mano y mentiras en cada pie, otros días, cuando me correspondía su abrazo, era Estocolmo crepitando desde las chimeneas, con ese manifiesto de dorados tonos y nieblas tras la ventana. Ese tipo tenía consigo la responsabilidad del clima, brillaba con las gotas matutinas del rocío, se libraba entre el jugueteo del viento con las palomas de la plaza y al contacto con el sol, hacía posible la existencia de las hadas, de los perros jugando en cada parque, de los niños que sonríen al extraño y de los besos que se quedan serpenteando en el eco intermitente de los sueños. Sin darse cuenta, a este hombre lo abrazaban las castañas rugosas de las fibras de los billetes nuevos. Era la política travie...