Ir al contenido principal

Entradas

Pérfido Y Puntual

Study For Andromeda I, 2013 By Denis Forkas Hueco es lo que expande mi pectoral, la consideración es un lujo que solo ofrece la muerte y por mí ya no viene. Me fumigo las palabras, las mato como cucarachas que plagan el suelo de este lugar. Me suicido o dejo al viento barrer los poemas. No me dejen sola porque vuelvo a escribir. Hice rimas perfectas, pero al destino le pareció más atractivo verme sufrir por perder el amor en ellas. Ahora ya no me salvan las mariposas, ni me persigue el cazador en forma de niño, ni me corretea con sus zapaticos de frustración profesional. Ábranme el infierno que perdí mi traje en un matorral, ábranme el cielo que yo ya no peleo con la gravedad. A la conciencia la llevo en los pies y a Jesucristo le defraudo después. Por cualquier camino, me sigue, viene a darme la mano, me gusta, me entrego y después no le vuelvo a ver. El cazador que me rompe el labio me dijo que el dolor es el sabor que deja un buen amor. Yo brillo como un diamante debajo...

Solemnidad

Photo by Nona Limmen Retorno a la manera correcta de mis estructuras mentales, a las invocaciones injustas pero posibles, al poder de mi memoria con sus rincones incrustados, con bisagras llenas de misterio que todavía no le liberan de este cuerpo. Espíritu dueño de las bestias que en el campo me persiguen, venga por favor a adueñarse del compás los pasos de mis fantasmas danzándole en las noches, mire que las ruinas de este misterio nos sostienen y en las figuras de su música el silencio también es melodía. Yo tengo mi ego listo por domar, cada mañana me baño en leyendas de las formas en las que el sol me ve despertar, envuelta en su apellido, sin cruces que me protejan, robándole a la vida los pasos y creyéndome maldita, inconclusa, inesperada en sus brazos, tan gemelo del otoño que no ha llegado y ya desaparece. Estoy de pie, inmóvil, frente el vagón, ni viene a aplastarme, ni me deja subir y a las rondas de los vigías, el humo les dibuja ninfas danzantes de la estirpe ...

Afuera La Gente De Fiesta

Los primeros sintomas del desconsuelo se prenden de los vestidos como polillas, se comen las fibras inocentes de la eternidad.  Cada hora del día lo aparta de mí, mientras en el palpitar de las aves vibran besos ocultos que el viento deposita en su terraza.  Me creo distancias invisibles y los edificios se apilan como los árboles del bosque que nos arropan al contacto inapropiado.  Cada calle lleva su rastro pero en la esquina ilógica de las glorietas se pierde la niña de nuestras fantasías, la que no nació pero que se reviste del azul nocturno, bajo los danzantes velos del cielo. Al amor inexplorado le corresponden los lugares invisibles, su cuerpo con el mío respira al margen de los márgenes y nuestra carne hoy llora, grita, sangra y ama. Los últimos síntomas del desconsuelo son la promesa. Mi último pensamiento será suyo como el último verso de mi parpadear herido al no poder dejar de llorar. De nuevo está agosto esperando por m...

El Hombre Imaginario

Invisible en la vía, con el riesgo de ser fugaz o apostarse como la carta escondida bajo la manga, así el niño fantasma juega con mi vestido y me lo quita y me lo hace poner, con alas o sin ellas, naciendo en mis vuelos, en mi cuna de niña, en mis bragas de dama. Verso oculto de mis versos, aliento de las calaveras que se niegan a fundirse con la tierra, custodio de los tesoros enterrados. Cualquier plegaria es un hechizo para invocar a la criatura andante, su voz arranca las raíces que no debo echar y sus lágrimas son fina plata en las que toda sirena desea nadar. En su extraña sombra de ópalo revientan mis deseos, ahí habito yo, con mis abrazos liberados de las cadenas del amor, apenas aventurada al juego párvulo de los besos, escasos pero leales. Me basta con apagar la luz para abrigarlo con mis sábanas, el niño imaginario se enferma en la imposibilidad de amarme y jamás se recupera, a él le cuesta hablar de mí, así yo sea un pájaro libre danzando en su memoria. El niño i...