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Mostrando entradas de enero, 2025

Alguien Tiene La Culpa

No te alcancé en los aeropuertos, no vine por ti al truco de los sueños, tampoco te cité en la oscuridad de los museos, no hubo latidos míos rodando en el suelo. Llegaste a la madrugada, tus botas puntuales a la nieve helada, mientras tu abrigo travieso con el viento bailaba, el abrazo de nosotros ni el terraplén alcanzaba. Existen dudas, millones de preguntas, estrellas que confundo con plumas, y plumas que los ángeles traviesos lanzan sobre mis lágrimas caducas. Volaste y borraste desde el cielo el rastro ardiente de tu alma en mis entrañas, soltaste de la rama las semillas más extrañas, arrugaste el manto fértil que forma la telaraña. Ahora la viuda ha matado al poema, las letras no quieren existir, para decir lo que hay que decir, las luces apaga y cierra violenta la puerta, no sabe que sigue, ni lo que hay por venir.

Nuevas Células

Pedacitos, trocitos, algunas pequeñas células en la hora de su muerte se van despidiendo de su saliva, del eco de su voz adulta que alcanzó a través de ondas a acariciar los huesos. Solitas y diminutas se proponen desvanecer, ya no vino, ya no existe para la piel nueva que creció y el aroma que lo revestía ya no cabe en la memoria.   El sol y la luna no volvieron a estrellarse en el firmamento, los anuncios estelares de una oportunidad más se quedaron hibernando en los polos. No hay palabras que aparezcan para salvar al poema, desde la distancia lo ven caducar, perderse.   Mi cuerpo cambió porque las nuevas fibras crecieron solo para cargar con la pena y no para recibir la calma de sus besos. Solos en el río se sueltan los cabellos que alguna vez presenté a sus manos. El último pescador que me subió a su barca, con el deseo de salvarme, me tiro al agua en la mitad de la nada.   Hasta las plumas del águila se despiden cuando ya están demasiado grandes, es que el peso de un...

Niña No Te Duermas

Tú, en la madrugada entre sábanas Con tu vestidito blanco y diminuto Con tus manos a cada lado Aprendiendo a vivir sin él.   Tus ojos como perlas en el mar, Brillantes bajo las sombras. Traviesa en tus pensamientos Cantando en susurros su nombre.   Tú, exhausta y lista para partir Elaborando túneles de neón Para atravesar mi plano Y dormir apretando sus manos.