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Mostrando entradas de mayo, 2018

Sentidos Y Necesidades: La Cronología Del Sueño

Necesito abrir mi voz a tu piel, creerme esas historias que fluyen blancas, dejarlas pasar y gobernar en mi patria; mi patria de faringe noble pero generosa, de manos inquietas, de ojos en guerra y de piernas que recuerdan tu ritmo. Necesito liberar mi lengua, dejarla ser espontánea en el ejercicio de labrarte como tierra. Mi lengua tan lánguida y paciente, tan geométrica y espacial quiere entenderte en tu disfraz de pieles, piel de lulo, piel de satín, piel de bosque, piel de ave, piel al sol y piel al descanso de mi abrigo. Necesito entender de ese circo, cómo es que tu sabor es tan liviano y frutal, cómo es que las lunas me liberan al canto de las burbujas con las que llegas, cómo te abandonas niño pastor a su rebaño y me sacias, me alimentas, me llenas en el sentido de la plenitud y la urgencia de desbordarse. Necesito amar tus manos en mí, tu cuerpo en esta sensible cárcel, tu figura de lobo y de ave, tu deseo en la mañana y el plan con el q...

El Escritor

Escríbeme con los dedos todos tus llantos tus cuatro horas de sueño tus cartas de ficciones y la melancolía que nos deja el beso de la noche. Escríbeme una casa con su propia huerta. La oscuridad que habrá de la cueva a la cocina El escondite para nuestros besos y el invierno que desaparece en tu abrazo. Escríbeme tu apellido en mi sangre y en mi descendencia. Los lunares que contamos para poder dormir la mano que llevas como si yo fuera tu hija y los dulces que rebozan de mi cajón. Escríbeme una noche en cualquier pueblo los caballos que nos soportan. La comida que siempre sobra en mi plato y la prisa de un viernes que apenas comienza. Escríbeme al anochecer y en la cañada donde me entregaré, en tu escopeta de dulce cazador en los labios que me cortas por amor Y en el diablo que nos cela al anochecer. Escríbeme en una oración para que puedas pedir para cada renacer volver a amanecer siendo mi único amante. ...

Escribientes

De nombre sagrado y de alma perfecta. Las letras nos han llamado al baile de las flores abandonadas, de las flores que no pueden volver al árbol. Pero aquí estamos, permanentes e invisibles, con tu piel gruesa y la mía delgada, con los ojos que se esfuerzan en no encajar, porque reconocen en el otro una cárcel, una jaula. Jaula abierta, jaula limpia, jaula elevada, jaula incrédula. Jaula sin ave y jaula con verbo.  El palpitar de la lluvia ha cesado, ya no existe la lágrima del cielo, ya ha detenido su melancolía en el borde de la tierra, de sus piernas que se han abierto al calor, y ella escribiente, ella cantante, ella sonora y rama. Árbol de lechuzas, de plegarias, con respuesta en cada fruto y a cada carta. Simple en el valle, estrecha en su costa, de risa y silencio, de luz y sombra. Mujer que te alberga, que te sueña, que te aclara, que te atrapa, que te reza, que te encoje, que te baila.