Photo By Nona Limmen Tan pleno como el silencio atravesando las cortinas y tan misterioso como el vuelo de una paloma negra cruzando por debajo de sol. La poesía viene a quitarme el sueño, a hablarme en idiomas de gatos, en ruidos de la calle que apenas empieza a llenarse y mis ojos luchan para no cerrarce y complacer ese lenguaje. Todavía es tenue el día, la ventana no existe si nadie la abre o al menos si no sé tiene la intención. Yo estoy muy lejos, abandonada en una cama que no cuenta muchas historias, pero que me obliga a su quietud, a sus dudas nocturnas y a su abandono debajo del polvo, los hilos viejos y la infinita soledad. Soy la mujer que espera. La mujer que rota se inventa un pretexto y actúa. Sigo a la espera, sigo contando días y segundos, sigo almacenando un imposible, una idea que no ha podido reposar sobre los pasos agigantados de la fecundación, sigo esperando a que llegues, sigo esperando a que te largues, sigo esperando a que de...