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Mostrando entradas de marzo, 2017

Oraciones Inconclusas

Tengo de tu discurso, las pausas para respirar, Tengo de tus ojos, su color que muta en mi alma, Tengo de las calles, una ruta predilecta, Tengo de la lluvia, el abrazo del viento. Tengo una sonrisa que creció en mi vientre, Tengo espacios vacíos, para llenarlos de mi, Tengo vicios para recordarte, Tengo puertas para encerrarme. Tengo conjuros en la mirada y silencios en la piel, Tengo abrazos en el alma y ruidos en la memoria, Tengo lugares que no recuerdo e historias para hacerte cartas. Tengo ventanas para verte llegar. Tengo manos inquietas para hacerme melodía, Tengo pretextos para invocarte desnuda, Tengo los labios fríos para llamar tu calor, Tengo una garganta que guarda la humedad de tu voz. Tengo los minutos para hacerte poemas, Tengo los días para mirarte partir, Tengo la vida para encontrarte y sonreír, Tengo la distancia para creerte cerca. Tengo las iglesias para vaciar mis pecados, Tengo los árboles para plantarme ahí, Tengo la piel para vestir...

Lugares Oscuros

Foto: Nona Limmen En mi mano derecha permanecía el teléfono y vibrante como el eco de los truenos mi mano izquierda se empapaba en llanto. Dejé en la llamada el peor adiós, simple y a la vez maltratado. Los relámpagos nacieron justo después de la 'ausencia', palabra hecha mujer que dio a luz el espantoso grito de lo oscuro, lo solitario. Intenté mirarme al espejo sin decir nada, pero la vista al poco tiempo parecía bailar entre reclamos. Mis ojos eran gemelos hechos en un vientre oscuro, limitados a la memoria de las venas que dibujan ríos, como si la vida fuera líquida, como si en cada puerto existiera el amor. Agarré el crucifijo, grité cualquier oración, manipulé su nombre con sátiras y poemas, finalmente no quería invocar a Dios, quería sentir que su partida podía hacerme una mujer malvada. Intenté embellecer mi cuerpo, me quité las sedas, me lave la cara y era yo, con la sangre del vientre entre las piernas, las malditas lágrimas negras de la vergüenza...